En Fairy Meadows, en el norte de Pakistán, existe un polo que se juega por pasión. Un polo de estilo libre, como se juega en todo el país, siendo un deporte de montaña, sin reglas; una versión milenaria y posiblemente la forma más pura del juego ancestral. Es un lugar en la ruta hacia el campamento base de la cara norte del Nanga Parbat (uno de los Ochomil, novena montaña más alta del mundo) el fotógrafo internacional Jan Melichar tuvo la oportunidad de conocer este asombroso lugar que retrató y compartió con Prensa Polo.
“Para este partido en particular, los jugadores portaron algo de equipamiento básico como ropa y cascos, pero normalmente juegan con lo que tienen. No tienen botas adecuadas ni protección para ellos ni para los caballos. Sus palos están hechos de madera del bosque. Y sus caballos son los mismos que utilizan para trabajar en los senderos de montaña y en los pequeños campos de montaña.”
Pero, ¿por qué merecen ser vistos? Según el fotógrafo nunca había visto en ningún sitio tanta pasión por el polo como en este lugar. “No son ricos, no juegan al polo por ningún estatus o alarde… simplemente lo juegan con todo su corazón. Empezando por los más pequeños y terminando por los mayores. Les encanta el juego, animar a los jugadores y si tienen acceso a un caballo, cualquier caballo, juegan.”
Fairy Meadows es un lugar donde se encuentran todos los alojamientos de la ruta hacia la cara norte del Nanga Parbat. Hermosos pastos verdes rodeados de impresionantes montañas y bosques profundos. La mayoría de los turistas nunca llegan más allá de este punto, porque cualquier trayecto ulterior supone un duro camino en altitud muy elevada. Lo locales terminan de trabajar y se juntar a jugar al polo, en los pies de unas de las 14 montañas que sobrepasan los ocho mil metros de altura. Allí el polo es una pasión, más que en ningún otro lugar del planeta.
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Galería de fotos, by JAN MELICHAR